La tradición de los Fuegos del Apóstol arranca de 1545, cuando se iluminó la plaza con candiles, en lo que fue el precedente más antiguo.
El espectáculo es impresionante y digno de ver una vez en la vida, la pega es la limitación e aforo de la plaza que se llena muy pronto lo cual hace que la gente tenga que buscar puntos alternativos para observar.
En mi caso escogí lo mas cercano a mi casa para no sufrir el atasco posterior a los fuegos y subí al conocido alto del Crucero de Sar, buenas vistas pero a espaldas de la Catedral, aun así disfrutando del espectáculo.
El humo de la pólvora inunda la ciudad que queda a favor del viento dejando ese olor de quemado que lo marca todo, este año serán un montón de días de fuego por ser año santo.
-"Las traiciones durante la guerra resultan infantiles comparadas con nuestras traiciones en tiempos de paz. Los amantes, primero se muestran nerviosos y tiernos hasta que lo hacen todo añicos, porque el corazón es un órgano de fuego"
-El paciente inglés-
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